1. Empezar por el programa de incorporación.
Los nuevos empleados no sólo deben comprender y adaptarse a las prácticas de la organización. Debemos asegurarnos de que los empleados tengan las habilidades y la mentalidad necesaria para ejecutar su función de manera ágil.
2. Construir una cultura ética, de empoderamiento, y que sea adaptable.
Esta es la mejor base sobre la cual llevar a cabo el rediseño laboral, pues permite encontrar las mejores soluciones. Así, los empleados serán capaces de realizar tareas de trabajo más allá de las prescritas.
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3. Designar líderes capaces.
Que puedan tomar decisiones sobre el alcance, el calendario y el presupuesto, sin tener que consultar a un directivo o a un órgano de gobierno. En la gestión ágil de proyectos, los grupos establecen objetivos a corto plazo y continuamente producen resultados.
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4. Trabajar con los ejecutivos de C-suite.
Para empoderar a los gerentes con la autonomía necesaria para la toma de decisiones en la construcción de equipos pequeños, efectivos, talentosos e interfuncionales.
5. Contratar agentes de cambio versátiles.
Que tengan nuevas ideas y pensamientos que los alejen de depender de las maneras tradicionales de hacer las cosas.