Cuando existe una actitud positiva entre los miembros de un equipo, se pueden alcanzar metas mayores que cuando se toma en cuenta sólo el resultado individual.
1. Escuchar y observar.
Que los empleados comprendan qué es lo importante para el otro eleva la posibilidad de dialogar con base en el interés común.
2. Intentar ser agradable.
Aumenta la comunicación y, en consecuencia, el rendimiento.
3. Evitar juicios.
Esto permite expresarse de manera más asertiva y realizar preguntas para entender mejor el contexto.
4. Mantener el autocontrol.
Para ser capaz de lidiar incluso con las personas más explosivas, y mejor aún, no perder el control.
5. Buscar el equilibrio.
Con actitudes inteligentes, un tono de voz moderado, y ejercitando y explorando la propia capacidad de afecto e interés por los demás.
6. Confiar.
Confiar en ti mismo y en la otra persona es fundamental para establecer una conexión.