1. No estar preparado
Cuando un candidato llega y nadie organiza su primer día, por ejemplo: cosas mínimas como el acceso, el correo electrónico, y el equipo de trabajo.
2. Destinar al proceso onboarding sólo el almuerzo
Los programas deben ser sofisticados y atractivos: su objetivo es que un nuevo colaborador sea productivo y feliz en el menor tiempo posible.
3. No ayudar a establecer una conexión personal
Los nuevos colaboradores deben conocer a sus compañeros de trabajo de manera inductiva.
4. Entregar mobiliario descuidado y mala sanidad del espacio
Todos los aspectos causan una impresión y pueden ser fundamentales para la relación laboral en el futuro: el equipo se entrega a empleado nuevo, el mobiliario, la limpieza de la cocina y los baños, etc.
5. No saber qué hacer con la nueva incorporación
Debes tener un plan detallado para la primera semana, cuando menos. También debes hacer una revisión semanal del progreso, al menos los tres primeros meses.
6. No cuidar los detalles
No asignes al nuevo empleado un espacio de trabajo que no haya sido purgado de archivos innecesarios o que comience sus tareas cuando el supervisor está fuera de la oficina, asegúrate de escribir correctamente su nombre, etc.
Fuente: SHRM