Pequeña guía que orienta sobre cómo empezar a pensar en los clientes y cómo plantear nuevas soluciones.
Diseñar estas experiencias implica tiempo y energía: puede ser complicado en la práctica. Lo primero es asegurar que las personas en tu organización realmente entiendan a sus clientes.
Paso 1: reunir ideas.
¿Qué es frustrante, sorprendente o incómodo para su cliente? ¿Sobre cuáles procesos tiene críticas?
Paso 3: ser creativo.
Construye, simula, actúa y juega con a través los momentos superpuestos de tu problema empresarial real y los de la industria o experiencia análoga que identificaste. Diseña a partir de la experiencia mínima viable que conecta ambas industrias o experiencias dos.
Paso 2: observar a tu alrededor.
¿Qué industria o experiencia tuvo problemas similares? Genera un rango de opciones y elige la que tenga más sentido.
Paso 4: invitar a un grupo de personas a realizar este ejercicio y a hablar sobre él.
El objetivo es que los participantes se queden con ideas nuevas y acciones discretas a realizar, así como un plan para comunicar sus ideas al resto de la organización.
Hoy en día, la empatía con los clientes no es opcional para la resolución de problemas.