“La infraestructura digital y la inmensa cantidad de información han acentuado el cambio hacia una economía cada vez más orientada al cliente al estilo Uber”:
Andy Neely, Universidad de Cambridge
La crisis de 2008 fue una etapa disruptiva para resolver problemas viejos en diferentes industrias, con soluciones nuevas, sin tener activos tangibles y han alcanzado valores millonarios.
Uber, el caso más conocido, vale actualmente 62.5 millones de dólares y Airbnb 25.5 millones de dólares, ambos negocios son modelos a seguir que abren oportunidades en las economías de todo el mundo, de tal forma que cientos ya los están imitando, con todo y los riesgos que esto implica.
Los servicios que acercan a proveedores y vendedores con clientes, evitando intermediarios, así como simplificando procesos y reduciendo costos.
La tecnología es clave para esta relación de negocio-consumidor sea más inmediata:
• El nuevo oro del siglo XXI: los datos en tiempo real.
• Una aplicación o un sitio web vincula a las partes.
• Cambia la infraestructura digital, bajo la inmensa cantidad de información y que acentúa el cambio hacia una economía estilo Uber, que cada vez más orientada al cliente.
• Suministrar un producto o un servicio al consumidor, ya no es suficiente.
• La gratificación del cliente es en forma cómoda y eficiente, convirtiéndose en un elemento clave.
• Nuevo fenómeno tiene varias denominaciones como “economía compartida”, “economía geek”, “uberización” de la economía o “uber-economía”.
La app fue lanzada en mayo de 2010 en San Francisco y actualmente funciona en más 350 ciudades de más de 70 países, suma millones de viajes en todo el mundo.
Los mercados están muy excitados con este tipo de empresas: Uber ha sido valuada en la friolera de US$50.000 millones, lo que la convierte en la start-up de tecnología más cotizada de EE.UU.
Ha generado controversia debido a que van contra o están en paralelo a las regulaciones de los diferentes países, que implican competencia desleal y falta de protección al cliente. Se necesitan reformas para que estos modelos no vayan en contra de quienes tiene que pagar impuestos, licencias y seguros.
Quienes están dentro de la plataforma de Uber como choferes no son trabajadores, sino socios que deberán proveerse ellos mismos de seguros y fondos para el retiro.
Se trata de una relación laboral menos estructurada. En teoría, tiene muchas ventajas para quien entra al modelo, porque tiene acceso a más clientes, su talento es reconocido, pero NO tiene protección si algo sale mal. La “uberización” proporciona oportunidades a las personas para complementar su ingreso y hacer actividades específicas o proyectos en tiempo real.
Las personas son capaces de monetizar su tiempo y habilidades en línea, vía Upwork y Freelancer.com, sirviendo a un mercado global de talento inmediato y sobre pedido. Explica en un estudio titulado “Human Age 2.0. Fuerzas futuras en el mundo del trabajo”.
Estas nuevas oportunidades plantean la paradoja de la elección: la flexibilidad y la monetización del tiempo muerto, es algo positivo frente a la imprevisibilidad de los ingresos y la falta de estabilidad laboral.
A medida que el mercado laboral continúa su reconfiguración, la necesidad emocional de seguridad de las personas no va a desaparecer y cada vez más nos preguntaremos ¿quién está cuidando a estas personas, proporcionándoles seguridad en términos de impuestos y social, y quién pagará por ello?
Los economistas hablan del giro de los servicios a través de la economía On Demand, bajo la idea de redistribuir los recursos no utilizados, lo cual ahora está ocurriendo y a una escala masiva.
Lo que hacen estas nuevas plataformas es resolver la falta de información y seguridad.
Modelos que tratan de intercambiar “lo que la gente sabe hacer”, más allá de un coche o una casa. Dentro de este modelo no se han identificado problemas de legalidad.
Modelos de negocios donde se comparte algo que ya iba a suceder, pero de una forma más inteligente y eficiente, ejemplo es BlaBlaCar, conecta a los conductores libres con viajeros para compartir auto con seguridad y tratar de ahorrar ambos o Eat White plataforma que enlaza chefs con gente que gusta de conocer gastronomías diferentes y compartir la mesa con desconocidos.