1.- Toma distancia y pon en perspectiva tu situación actual
Si no tienes idea de qué estudiar, relájate, es normal. Es importante tener tiempo para escoger una carrera de la que uno realmente disfrute porque es el primer paso para ser un buen profesional.
2.- Experimenta y no inviertas demasiado (todavía)
Hacer un curso gratuito, que no suponga grandes inversiones de tiempo y dinero, y que pueda servir para abrirte un camino o para desechar alguna posibilidad con la que estuvieras dando vueltas en la cabeza. No te paralices. La vocación no se espera, se construye, por ello debemos darnos una oportunidad.
3.- No pienses en el título, sino en las competencias
Pensar únicamente en el estatus que puede otorgar un título de una universidad determinada y no en lo que realmente se te va a enseñar. Considera más las consecuencias reales de participar en una determinada formación: en qué profesional te vas a convertir. No pienses en profesiones, piensa en ser profesional. Las competencias transversales siempre serán útiles si están relacionadas con la ofimática, los idiomas, las matemáticas, la estadística, la informática y la programación, las redes sociales y la gestión de contenidos en Internet, las habilidades sociales y las ventas.
4.- Aprende mucho de algo. Hazte un profesional hiperespecializado
Una vez finalizada la fase de experimentación, conviene poner el foco en una materia en lugar de seguir acumulando conocimientos superficiales sobre infinitos campos. Esta estrategia, además de ayudarte a aclarar tu vocación, también es útil para la entrada en el mercado laboral, pues te ayudará a definirte profesionalmente hablando y a diferenciarte de la competencia.
5.- Fortalece tu red de contactos
Aunque aún no sepas con total claridad lo que quieres estudiar, hay una cosa que siempre necesitarás: contactos. Así que a donde vayas dedícate al arte de hacer networking. Tampoco te conviertas en una máquina de repartir tarjetas, simplemente habla con la gente, conócela y, si estás de suerte, haz algún amigo. Recuerda que eres y serás tus relaciones.
6.- No te dediques a tomar cursos
No creas que reinventarse sea saltar de un curso a otro. El arte de cursillear te puede hacer perder el tiempo. Debes conocer los grupos de competencias que te den la capacidad de desarrollar y aplicar con más naturalidad o facilidad. Valora el coste de oportunidad que supondrá para ti intentar desarrollar aquellas competencias que no se te dan tan bien y en las que competirás en desventaja.
7.- Supera el romanticismo, valora los asuntos prácticos
Si tu objetivo es tener mejores perspectivas profesionales, debes valorar las oportunidades de empleabilidad que tiene un curso o un máster. Una buena forma de saberlo es hacer un poco de investigación: Busca tus propias fuentes de información y usa las redes sociales para intuir cómo le ha ido a los que eligieron ese curso antes que tú. Sólo a uno le ha ido bien de diez, no creas que vas a ser tú ese afortunado. Elige una opción que le haya funcionado a la mayoría.