1. Comprender en qué se te evalúa.
Identifica qué y cómo se evalúa tu posición, escribe y entiende cuáles son los objetivos y los indicadores claves de tu rendimiento. Entabla un diálogo continuo para asegurarte de mantenerte en el camino correcto.
2. Resolver tus propios puntos ciegos: ¡capacítate!
Busca siempre estar aprendiendo, ajustándote y la retroalimentación de tu jefe, compañeros y subordinados. Dar presentaciones en reuniones, cuestiona si estuvo bien y pide consejo sobre una situación que podría mejorar.
3. Codificar tus aprendizajes
Enumera 5 o 10 habilidades o competencias necesarias para desarrollar tu puesto, califícate en cada una de ellas, ponte 3 calificaciones por niveles de impacto, A – B – C, céntrate en las C para cerrar las brechas de habilidades y averigua opiniones de quién anteriormente ocupó tu puesto para acelerar tu aprendizaje.
4. Aumentar tu visibilidad con la incorporación de herramientas estratégicas.
No siempre es posible hacerse notar por los líderes principales a través de su trabajo directo, ofrécete como voluntario para iniciativas, trabaja en eventos de la compañía y con personas mayores que vean tus acciones.
5. Convertirse en un experto en un área de creciente importancia para la empresa.
En la nueva tecnología, como el Internet de las cosas, la inteligencia artificial o informática basada en la nube. Ser una persona experta en problemas emergentes, investiga y revisa contenidos, asiste a conferencias, escribe sobre el tema, desarrolla y experimenta en un área emergente creciente, que te conduzca a promociones y otras oportunidades de carrera.
6. Buscar buenos consejos y mentores con capacidad.
Pídele a quien admiras, que sea tu mentor, proponle reuniones informales: dentro o fuera de la empresa, conoce su biografía, prepárate en hacer preguntas relacionadas en el área de su experiencia, extiéndele invitación para “continuar la conversación” en la empresa a la hora del café, ya que una relación de mentoría puede desarrollarse orgánicamente.
Fuente: HBR