Salario emocional.

Cada empleado tiene una concepción diferente sobre el trabajo, ya que todos poseen percepciones, necesidades, expectativas, personalidad, y cultura diferente. A lo que se suma que las percepciones de lo que se quiere a futuro cambian a medida que se va creciendo, adquiriendo experiencia y madurez; por eso la importancia de tener una estrategia que ayude a la satisfacción del personal en su desempeño laboral. 

Esta dinámica acelerada de cambios exige la aceptación de que existe un ámbito y dominio de las emociones, de allí surge la inquietud por el salario emocional. 

Dicha noción implica que a las personas se les puede compensar no sólo con dinero o en especie, sino satisfaciendo diferentes necesidades, incluidas las emocionales.

Dentro de los componentes del salario emocional están los satisfactores, que se traducen en formas de ser, tener, hacer y estar, de carácter individual y colectivo, conducentes a la actualización de necesidades.

Se trata de proporcionar a los empleados beneficios, no monetarios, que les hagan sentirse cómodos dentro de la empresa y creen en la compañía un valor adicional, del que los empleados no quieran desprenderse y que diferencie a la empresa de las demás. 

Pueden tratarse de servicios concretos o dotaciones materiales. Algunas empresas realizan verdaderos esfuerzos por ofrecer políticas sociales de índole económica − no se refiere a la retribución −, que dan al empleado una serie de servicios de valor agregado, las cuales atraen la permanencia de los mismos, por el hecho de contar con servicios adicionales o ventajas acumuladas a cuya comodidad se han acostumbrado y desean mantener para un futuro.

Los resultados de beneficios entregados a los empleados pueden evidenciarse en la siguiente declaración por parte de Microsoft: 

“La gente que se siente apreciada posee una actitud positiva, mayor confianza en sí misma y habilidad por contribuir y colaborar. Los que poseen la suficiente autoestima, son potencialmente los mejores empleados. Si logramos satisfacer de este modo a nuestros empleados, crearemos un entorno vital, agradable, motivador y enérgico para triunfar y destacar en el mercado. Si incorporamos el reconocimiento como base de nuestra cultura de empresa, nos aseguraremos un clima laboral positivo y productivo”.