Hay muchos pensadores que ya afirman que el Mundo de Ayer, citando a Stefan Zweig, no volverá a ser como lo conocíamos.
La sociedad que llegue será distinta de la de ayer porque, hasta que la vacuna esté lista o, en su defecto, se descubran los retrovirales que combatan al virus, tendremos que limitar la movilidad, mantener la distancia social, y modificar muchos de nuestros hábitos.
La pandemia tiene implicaciones a nivel sanitario, social y económico que ponen de relieve la importancia de la responsabilidad y la sostenibilidad.
Se ha traducido al español el “Informe sobre liderazgo empresarial para lograr un planeta sano con personas sanas”, publicado por UN Global Compact a finales del 2019.
El informe demuestra la absoluta vinculación entre el clima, la salud y la economía, todo ello en la lógica de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Para Lise Kingo, directora ejecutiva de UN Global Compact, es importante conocer y gestionar la “relación entre el cambio climático, la degradación de nuestros sistemas naturales y la salud humana”.
A lo largo de las páginas del informe se pone en valor cómo la actividad humana afecta al clima y a la naturaleza, lo que a su vez influye en la salud y el bienestar humano y, por consiguiente, a la productividad y al desarrollo socioeconómico.
Asegura la Red Española del Pacto Mundial que “la emergencia sanitaria que atravesamos actualmente no puede hacer olvidar el sentido holístico que tiene la salud y el importante papel que juega el sector privado en ésta. Se trata de reconocer los daños que las empresas pueden causar a las personas y al planeta y, a su vez, poner en marcha las medidas necesarias para reducirlos”.
En este sentido, es indispensable la búsqueda e implementación de modelos de negocio innovadores para que las generaciones futuras puedan vivir en un mundo mejor.