Si tu pretexto para comer bien es que estabas muchas horas en la oficina esta etapa de nuestra realidad laboral acaba de cancelarlo. Y no, no es que seamos unos puristas sobre la alimentación, sin embargo, gran parte de tu productividad comienza en tu boca.
Si no le das a tu cuerpo los nutrientes necesarios, comenzarás a mermar tu capacidad de trabajo, ya que tu cerebro no está recibiendo lo que necesita para mantenerlo activo; este pequeño pero importante momento se ve reflejado en lo intelectual, físico y emocional.
Tu dieta debe de ser completa: trata de contener todos los grupos de alimentos, estos son frutas y verduras, cereales, leguminosas – frijoles, habas, lentejas, etc.- y alimentos de origen animal (aunque si decides no consumirlos también es válido); ya que no existe un solo alimento o grupo de ellos que nos proporcionen a las personas todos los nutrientes que requerimos.
También debe de ser suficiente: cada persona es diferente, y es por eso que la dieta también debe de ser diferente en cada individuo, se debe de consumir la cantidad de alimentos necesarios según la edad, el sexo, actividad física, estatura y estado fisiológico de la persona. Y sobre todo, debe de ser variada: Se ha comprobado que la mayor parte de las personas que abandonan un régimen alimenticio es por monotonía, busca opciones deliciosas para que siempre tengas una dieta distinta.
Recuerda que algo muy importante es consultar a un experto en el tema, seguramente encuentras opciones remotas en estos momentos.
Así que ya sabes, comer bien, puede significar trabajar mejor.