La migración a modelos de trabajo remotos y la adopción de nuevas tecnologías transformaron radicalmente las dinámicas de trabajo, impactando en la forma en que los empleados se relacionan con la organización.
Las encuestas demuestran que están surgiendo nuevas actitudes y expectativas en los trabajadores, en las que la experiencia digital pasó a ser un tema prioritario: así como los clientes se benefician del “diseño de experiencias” y la omnicanalidad, los empleados también quieren interactuar, aprender y dar feedback con soluciones tecnológicas, de manera flexible e intuitiva.
El nuevo entorno laboral deberá evolucionar para ofrecer experiencias más fluidas entre el mundo virtual y el mundo presencial, adaptando los journeys del empleado a la transformación digital.
Al mismo tiempo, este modelo tendrá que resolver el gran desafío que surge en un esquema de trabajo híbrido: cómo mantener una cultura fuerte y atractiva con gran parte de los colaboradores trabajando a distancia.
Desde hace años se habla del employee centricity como una estrategia de gestión de talentos que busca conocer e involucrar a los colaboradores para que alcancen su mayor potencial.
La necesidad de generar estabilidad y confianza durante la crisis puso en el centro de la escena la importancia de un liderazgo empático para estar cerca de las personas.
Al mismo tiempo, las nuevas formas de organizar el trabajo precisan nuevas capacidades: adaptación, capacitación permanente, innovación, autonomía, trabajo por objetivos, entre varios más,
El momento del onboarding es una oportunidad única y valiosísima para generar una relación inicial positiva, profunda y duradera con su empleador.
Un onboarding exitoso es aquel que despierta engagement, motivación y confianza acelerando el tiempo de adaptación, para comenzar lo antes posible el ciclo productivo del nuevo colaborador.