1. Referirte a tu exjefe como un incompetente.
Si tuviste problemas con tu jefe anterior es mejor evitar el tema.
2. Decir que odiabas tu último trabajo.
Hay que procurar dejar de lado las expresiones con carga negativa y utilizar expresiones del tipo “estoy buscando nuevos desafíos”.
3. No reconocer tus debilidades.
Esto no solo suena arrogante, sino que además sugiere que no eres capaz de ser autocrítico y que, probablemente, no recibirás de buena manera las recomendaciones de los demás.
4. Preguntar sobre el tiempo libre.
Si se trata de la primera entrevista laboral, aún no te han ofrecido el cargo y ni siquiera te han hablado de un posible salario, no necesitas entrar en este tipo de detalles.
5. No saber el giro de la empresa.
Antes de acudir a la entrevista, investiga bien quién es tú posible empleador: revisa su sitio web, sus redes sociales, y las noticias que se hayan publicado sobre la empresa.
6. Preguntar sobre la competitividad del salario.
Es mejor espera a que el entrevistador lo mencione: esto te dará un mayor margen de negociación en caso de que sea necesario.
7. Mostar una posición desesperada.
Una cosa es decir que estás muy interesado en el empleo y otra muy distinta es decir que este empleo es tu única opción.
8. No perder la formalidad.
Evita temas de política o decir groserías en un momento en que te sientas confiado.
