La crisis de salud que vive la humanidad aceleró las inversiones en innovaciones tecnológicas, en muchas ocasiones realizadas por empresas con estructuras y modelos de liderazgo tradicionales, es decir, con culturas no habituadas a la innovación o a la gestión de proyectos digitales.
En estos casos, sin tener una verdadera visión de la dimensión estratégica que implica este proceso, lo más probable es que en el mediano y largo plazo terminen siendo iniciativas aisladas y que no se logre la transformación deseada.
Las experiencias de empresas que mejor se están adaptando a esta crisis nos demuestran que la transformación digital no tiene tanto que ver con lo “digital” sino con la dimensión de “transformación”.
El elemento más importante de esta transformación es la cultura, que permite potenciar la innovación, la flexibilidad y la agilidad necesarias para enfrentar los cambios de forma sustentable.
Puede sonar simple, pero sin dudas la transformación cultural es uno de los mayores desafíos para las organizaciones.
La crisis podría ser una oportunidad para cambiar el “mindset” de las empresas hacia un modelo de cultura digital, que les permita liderar el mercado en el mundo post crisis.
Mientras los especialistas debaten cuál es el mejor modelo para llevar adelante la transformación digital, hoy existe una nueva generación de plataformas de cultura digital que pueden ayudar a forjar los valores y comportamientos necesarios, al mismo tiempo que van creando entornos de trabajo altamente innovadores y donde las experiencias digitales son parte de su esencia. Es decir, tecnología que potencia la cultura digital.
El mercado prevé numerosos factores disruptivos en los próximos años, por lo que la capacidad de innovar y adaptarse a los cambios será cada vez más importante para las organizaciones.
Si se quisiera anticipar cuáles serán las compañías que crecerán los próximos años no se debería analizar el éxito de sus productos y servicios actuales sino cuán fuerte es su cultura digital.
Las empresas líderes serán aquellas que puedan desarrollar capacidades digitales para la evolución constante.