México es un país que cada vez depende menos del petróleo, asegura EPN
Durante el último mes de marzo hubo un ambiente contrastante dentro de la industria petrolera. Para empezar, a inicios del mes, nos enteramos que los ingresos por venta petrolera de México a Estados Unidos se redujeron casi a la mitad, un 48% en comparación con enero del año pasado. La reducción fue resultado del efecto combinado de la caída en los precios internacionales del crudo y de una reducción de las exportaciones por volumen, que fueron de 23.6 millones de barriles en enero pasado, contra 28.4 millones el mismo mes del año anterior.
Y poco después el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el 18 de marzo, día en que se celebraba la expropiación petrolera, salió a decir que . “Esta no es una caída transitoria”, sobre el desplome del precio del petróleo.
“Nuestra opinión es que es de baja probabilidad que veamos una pronta recuperación del precio del petróleo de exportación en las próximas semanas, o incluso en los próximos años”, afirmó.
Ya esto había sido anunciado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el Fondo Monetario Internacional (FMI), las autoridades estadounidenses y por decenas de economistas mexicanos y extranjeros. Así que esta declaración no sorprendió.
Por su parte, el mismo día, Peña Nieto tuvo la oportunidad para declarar que México puede enfrentar la caída del petróleo. Aprovechó para hablar sobre los beneficios que traen las reformas estructurales implantadas, así como mencionar que México cada vez está menos “petrolizado”
“Hoy nuestra economía no está significativamente petrolizada, pero sí son importantes los precios del crudo para los ingresos del gobierno” Peña Nieto
Y es por esto que se vuelve realmente importante porque la recaudación para el año 2016, parece será menor.
Hay que recordar que las ventas petroleras representan prácticamente una tercera parte de las finanzas públicas de México. El caso resulta todavía peor si consideramos que la gran apuesta del gobierno para la recuperación del estancamiento económico por el que México pasa desde 2008 era la Reforma Energética, que dependía de que el petróleo mexicano tuviera un precio alto y atractivo para la inversión extranjera.
El precio del petróleo se desplomó a finales del año pasado, luego de que Estados Unidos registrara una superproducción de este recurso, mientras China y otras potencias anunciaban una baja en su consumo. Cumpliéndose al pie de la letra aquella máxima que dice que a mayor oferta y menor demanda, menor precio, el barril de petróleo bajó dramáticamente de los 90 dólares por barril a los 30.
Así que parece que los sueños de la reforma se ven lejos, pero quizás sean los resultados de la financiera, así como el IEPS, Impuesto que que se encuentra en un superávit debido al precio de las gasolinas, ya que este impuesta está diseñado para que su tasa de cobro resulte efectivamente en un gravamen a favor del fisco cuando el precio al que importa Pemex las gasolinas, más su costo de transporte, resulta menor a su precio al público. El problema es que este impuesto no se reparte entre los estados a diferencia de lo que se obtiene vía derechos sobre hidrocarburos.
Para leer la información completa en http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/03/27/mexico-dejo-de-ser-un-pais-201cpetrolizado201d-asegura-pena-nieto-9739.html