Cuando las entidades del gobierno no pueden o no saben cómo dar o mejorar la infraestructura o educación social se forman vacíos sociales que las empresas pueden cubrir, y es cuando las áreas de Recursos Humanos colaboran de forma importante con programas de gestión e integración social alrededor de sus principales grupos de interés, empleados locales, sus familias y miembros relevantes de la comunidad.
Uno de los tantos casos de éxito es el de un importante grupo empresarial mexicano cuya filosofía de sostenibilidad se basa en un compromiso permanente con el desarrollo de sus empleados, al tiempo que busca armonizar sus operaciones productivas con el entorno natural, extiende sus programas a las familias de sus empleados a través de iniciativas educativas y de prevención de la salud. La empresa ofrece un programa de becas para los hijos de sus empleados y organiza ferias de salud dirigidas a la comunidad, a los empleados y a las necesidades de su familia.
Además, tiene como política conservar la plantilla de las empresas que adquiere. Incluso cuando la empresa expande sus operaciones a otros países, tiende a seguir su estilo de gestión paternalista y orientado a la comunidad.
Otro caso de éxito es una empresa brasileña del sector agroalimentario, todos los empleados administrativos y operativos están cubiertos por convenios colectivos, de acuerdo con la legislación local. La empresa organiza reuniones formales de las federaciones sindicales con representantes sindicales para debatir temas importantes concernientes a la empresa y el bienestar de los empleados, siguiendo así los principios del trabajo digno promovidos por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas.
Para los directivos que desean diseñar programas de gestión de recursos humanos en la integración social, la recomendación es que sean receptivos y se comprometan con los actores locales en el desarrollo humano de sus empleados, así como sus familias y los miembros de la comunidad local.