Por la pandemia ha cambiado la vida que conocemos, y en el mundo laboral se reflexionan puntos como:
- Calibrar procesos con trabajo remoto. Es probable que herramientas para videollamadas ya formen parte del día a día de la empresa.
Si bien estas aplicaciones han permitido mantener, en mayor o menor medida, la productividad a la que está acostumbrada la empresa, es necesario repensar los procesos de trabajo.
Ante la incertidumbre de saber cuándo desaparecerá el virus, hay que asumir que nuestra forma de comunicarnos, coordinar y gestionar proyectos tiene que ir más allá de lo presencial.
Hay personas que tienen responsabilidad con niños, personas mayores o incluso mascotas en casa y que no pueden estar igual de concentrados que en una oficina.
Ante ello, es pertinente personalizar horarios, establecer nuevos indicadores para medir la productividad y determinar qué labores pueden ser sincrónicas (tiempo real) o asíncronas.
- Nueva priorización de labores. En este entorno de mayor volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad, es necesario que las organizaciones replanteen la forma en la que sus equipos de trabajo y colaboradores toman decisiones.
El trabajo remoto no implica trabajar las 24 horas y estar siempre disponible. No obstante, es también responsabilidad de los profesionales tener un alto compromiso y responsabilidad con las tareas que tienen encomendadas.
- Fortalecer la comunicación y el cuidado la salud mental de los trabajadores. En un escenario donde el trabajo remoto es una realidad, es importante que en las organizaciones se mantenga una comunicación constante y no se permita el aislamiento laboral. En esta línea es necesario organizar periódicamente espacios para la socialización, en donde se compartan buenas prácticas y se pueda hacer retroalimentaciones constructivas.
También, las áreas de recursos humanos y los líderes de cada equipo deben de preocuparse por cómo están las personas en sus hogares, si son felices y con niveles bajos de estrés. Una buena salud mental repercutirá en una mejor productividad.
Asimismo, una comunicación fluida permitirá un trabajo organizado y con estándares de calidad altos.
Las organizaciones y las personas ya sabemos que la sociedad no volverá a ser la misma ante la propagación de la enfermedad que ha causado un impacto empresarial que rompe récords, tanto a nivel de ventas, precios de productos/servicios, cadena de suministros, etc. y ante esto es necesario reflexionar a que es necesario un cambio en la cultura organizacional para que la actual crisis se convierta en una gran oportunidad para trascender y mejorar.