1. Deportes o actividades físicas.
El ejercicio físico de tipo aeróbico beneficia las capacidades cerebrales, tanto entre los niños como entre los adultos. Quienes realizan una actividad física semanal más intensa tienen también una mejor memoria y una mayor flexibilidad y velocidad de procesamiento mental de la información.
2. Evitar el exceso de grasas.
Una alimentación adecuada mejora la capacidad de aprender: se deben evitar las dietas altas en grasas, pues reducen la plasticidad neuronal que hace posible la formación de la memoria en el cerebro, particularmente en el hipocampo y en la corteza cerebral.
3. Dormir lo necesario.
El sueño anticipado prepara al cerebro para aprender y, cuando ocurre tras el aprendizaje, potencia la formación y estabilización de la memoria. El sueño es una función cerebral que favorece la practicar y el fortalecimiento de lo aprendido durante el día.
4. Entrenar la memoria de trabajo.
Esta memoria es la que utilizamos para pensar, razonar, planificar el futuro y tomar decisiones. Con ella retenemos en la mente, por ejemplo, las posibles jugadas a realizar en una partida de ajedrez o las diferentes opciones para tomar una decisión.
5. Guiar el aprendizaje con preguntas.
Este procedimiento motiva y concentra la atención: la persona se convierte en una especie de “detective” o “investigador” que busca en cualquier fuente de información posible la solución a las interrogantes que se le plantean.
6. Practicar lo aprendido.
El recuerdo, además de servir para evaluar lo aprendido, sirve también para seguir aprendiendo. El preguntar sobre la información recientemente aprendida beneficia a la memoria a largo plazo, favoreciendo la reconexión de los circuitos neuronales de los recuerdos en las subsecuentes oportunidades.
7. Un poco de estrés no es malo.
La adrenalina y los glucocorticoides pueden contribuir a la facilitación del aprendizaje y la memoria, pues actúan de manera directa o indirecta sobre los circuitos neuronales del cerebro.
8. Homenaje a la lectura.
Leer es uno de los mejores ejercicios posibles para mantener en forma el cerebro. La actividad de leer requiere poner en juego un importante número de procesos mentales, entre los que destacan la percepción, la memoria y el razonamiento.
9. Aprendizaje de más de una lengua.
Facilita la adquisición de aprendizajes complejos, especialmente los que implican cambios en las reglas de ejecución. La mayor capacidad de ejecución y flexibilidad mental de las personas bilingües se manifiesta frecuentemente en la vida, esto se ha observado entre las personas de todas las edades. Asimismo, se ha comprobado que las personas bilingües conservan mucho más estas capacidades en la vejez que quienes son monolingües.
10. Evaluaciones orales.
Favorecen la comprensión de los materiales y de la información, más allá simple memorización mecánica. Son además métodos que generan una memoria a largo plazo mucho mejor que la que resulta del tipo de aprendizaje consistente en repasar una y otra vez los textos o apuntes de una materia.