Desde hace varias semanas nos hemos ido adaptando a la posibilidad de nunca volver a nuestras oficinas. Decirle adiós a los post-its, olvidarnos del pastel cumpleñero en la sala de juntas o de tener que esperar el elevador unos minutos para llegar a tiempo es una posibilidad.
Empresas internacionales como Twitter han comenzado a ver como una realidad nunca regresar a las oficinas y, por lo tanto, dar un brinco que podría parecer casi impensable hace un par de años.
La Universidad de Sydney realizó un estudio en donde descubrió que, en una muestra de más de 47,000 trabajadores, se reportaron más felices y más productivos en el trabajo si tienen oficinas privadas completamente cerradas. Sin embargo, cuando ese estudio se llevó a cabo, no se tomaba en cuenta el home office como una posibilidad.
Uno de los principales motivos por el que las personas prefieren estar en su propio espacio aunque estén en una oficina es poder realizar sus tareas con menos distracciones. Después de unas semanas de “práctica” trabajando en casa, es probable que ya hayas encontrado una mejor manera para ser eficiente.
Esto impacta directamente en los costos fijos de las empresas y plantean una nueva posibilidad que va desde dejar de tener una oficina física, hasta mudarse a un espacio más pequeño con un costo más bajo.
Si sumas al ahorro de renta, el ahorro que puedes tener en mobiliario de oficina, costos de servicios e incluso de seguridad. No estamos diciendo que los espacios físicos que conocemos como “oficina” vayan a desaparecer de la noche a la mañana, sin embargo, es un hecho que todos estos ahorros se conviertan en un incentivo para que optes por un modelo virtual.