En México resulta 24% menos redituable, según cifras dadas a conocer por el Banco Mundial (BM).
La educación superior en América Latina en el año 2000:
La inversión en una educación superior es más rentable para los hombres que para las mujeres
Motivos de abandono de la escuela y acciones para mejorar contextos
- Quienes tienen menos recursos, por eso se deben impulsar programas de formación cortos y eficientes.
- Se deben acercar las necesidades productivas del país con una oferta laboral acorde a las demandas del mercado.
- Impulsar carreras que puedan ser fuente de desarrollo económico y personal para nuestros jóvenes.
Hoy existen más de 20 millones de estudiantes de educación superior, pero sólo el 50% se logra titular
Para afrontar nuevos desafíos como la automatización, las demandas de nuevas habilidades y un escenario político cambiante, las carreras tradicionales consideradas más exitosas han sido destronadas por otras más acordes a los requerimientos del mundo actual. La ciencia de la educación del siglo XXI. América Latina y el Caribe, con diferentes políticas públicas y con un ascenso de la clase media en la década pasada, han empujado a muchos más jóvenes a tocar las puertas de las universidades.
Los números muestran que:
- La cantidad de personas entre 18 y 24 años que asisten a una institución de educación superior aumentó del 21% en el año 2000, al 43% en el 2013 con una mayor cantidad de estudiantes provenientes de sectores medios y bajos, algo que no se veía años atrás.
- Hoy más de 20 millones de estudiantes asisten a las más de 10 mil instituciones en América Latina, las cuales ofrecen más de 60 mil programas de formación.
- Hecho que en comparación con otras regiones, ir a la universidad o a un instituto de educación superior es sólo un lujo que algunos pocos se pueden dar.
La educación universitaria se encuentra en una encrucijada
Su rápida expansión, las características de los “nuevos” estudiantes y las regulaciones laxas han llevado a muchos a cuestionar la calidad de sus programas. Millones de estudiantes entran en sus aulas, pero no todos acceden a opciones de calidad. Esto significa que no sólo no cuentan con un plan de estudios atractivo que los retenga hasta terminar si no que, al graduarse, tampoco están preparados para enfrentar las demandas del mercado laboral actual.
Se calcula que sólo el 50% de los estudiantes que inician sus estudios superiores llegan a terminar y se gradúan.
Los indicadores de calidad en la educación superior no presentan buenas noticias para América Latina, pues entre los 500 mejores institutos de educación superior a nivel mundial, sólo hay 10 de la región, siendo África la única región con menos. Los 3 aspectos que son clave en la educación superior en la región: calidad, variedad y equidad.
Un buen sistema de educación superior ofrece programas de calidad que maximizan el potencial de los estudiantes.
Una variedad de ofertas permite a los estudiantes encontrar su mejor opción: entrenar no sólo a los médicos necesarios en un hospital, sino también a las enfermeras y a los asistentes administrativos. Dado que la mera disponibilidad de la variedad y la calidad no garantizan el acceso o éxito de los estudiantes, un sistema de educación superior muestra la equidad cuando los estudiantes tienen acceso a iguales oportunidades. La equidad muchas veces comienza desde temprano. No todos los jóvenes y sus familias cuentan con la información ni los recursos necesarios para tomar una decisión correcta con respecto a la elección de una carrera profesional. En muchos casos, elegir es una oportunidad única en la vida y equivocarse puede ser el final de una carrera: la transferencia de programas es bastante difícil y burocrática.
Educación y economía: La preparación académica
Continuar o abandonar
A pesar de la problemática existente, los estudiantes considerados más pobres representaron el 45% del aumento de la matrícula. Estos “nuevos” estudiantes provienen de familias con menores recursos y muchas veces no están preparados académicamente para enfrentar los desafíos de la educación superior, lo que muchas veces explica la falta de terminación de las carreras de educación superior. La mitad de personas entre 25 y 29 años que estaban matriculadas no completaron sus estudios, ya sea por abandono o porque aún continúan estudiando. Y de los que abandonan, el 50% lo hace en el primer año de su carrera.
Las carreras son largas y tediosas, y se estima que el tiempo que tardan los estudiantes de América Latina y el Caribe en completarlas es un promedio de 36% más que en el resto del mundo. Las aulas ante los nuevos retos mundiales. Esto implica que los estudiantes ganen salarios acordes a un nivel secundario durante sus años facultativos. El tiempo excesivo cuesta a los estudiantes ya que muchas veces necesitan salir a trabajar para completar sus estudios, pero al mismo tiempo terminan abandonándolos por estar abrumados por las responsabilidades laborales y no ver la luz al final del túnel.
Existe una urgencia en la región de mejorar su productividad en un contexto de crecimiento lento Para ello, es clave la formación de capital humano de manera rápida y eficiente. De acuerdo al estudio, los hacedores de política pública deben de tener en cuenta que el acceso no necesariamente implica la finalización y calidad. Se recomienda diseñar políticas multidimensionales que no sólo evalúen la calidad de los contenidos brindados en las instituciones, sino también el apoyo a estudiantes que no están académicamente listos para la educación superior, e incentivos tanto para las universidades como para estudiantes para terminar la carrera.
Fuentes: El Financiero, El País