El empleado biónico

Empleado biónico
Se reabre el debate de la privacidad en la era digital.

Existen diversas empresas que requieren que sus empleados porten un chip bajo la piel para que estos puedan moverse en su entorno de trabajo sin poner una clave y sin sacar una tarjeta de identificación más que este dispositivo invisible.

 

Éste va escondido entre el pulgar y el índice de la mano, y llevan un pequeño trozo de ingeniería del tamaño de un grano de arroz.

 

Este dispositivo ya se empezó a poner a prueba en EE UU, y en Europa ya se utiliza desde hace unos meses en la firma sueca Epicenter.

Se busca un mayor control

Las empresas ya podrían ejercer este control sin necesidad de traspasar la piel. Sofisticados sistemas de cámaras y software de reconocimiento facial pueden tener un patrón bastante claro del recorrido de un empleado y saber si un día se sale de la norma.

Estos chips se comunican con diferentes aparatos, instalados en centros comerciales envían ofertas a clientes potenciales, o en máquinas expendedoras de bebidas y en las paradas de autobuses.

Google ya usa este sistema sin traspasar la piel. Se puede saber cuánta comida consumió un empleado, cuántas visitas hizo al baño, el número de pasos en escaleras subidas de manera colectiva, y los ordena por países, edades y sexo.

No cabe duda que empezamos a vivir una nueva era, la era del empleado biónico.